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La arrancacorazones

Para sentarme en su mesa, comenzaré diciendo que lo que el sentido común entiende por Complejo de Edipo, no es eso. La función paterna (si está presente) en una de sus vertientes, se presenta como instancia interdictora necesaria entre la madre y su hijo, garantizando la instauración de la ley. Freud en Tótem y Tabú (uno de los escritos del que estaba más orgulloso) sintetizó magistralmente dos efectos pacificadores, estructurantes que se posibilitan cuando la ley simbólica funciona y regula: “no reintegrarás tu producto”-para la madre- , “no te acostarás con tu madre” –para el hijo-.

El sentido común es el peor enemigo de una reflexión que intente complejizarse.

Retumba como un eco del infierno, en los medios y en las mentes de las progenitoras, la noticia de una representante de la creación que segó con sus propias manos la vida de su retoño de 6 años. Horror. Durante la noche de la supresión de la ley, un ser humano perdió el lazo social, se le aflojó lo que se construyó durante miles de años y reintegró su producto. Los kleinianos subrayarían el elemento acuoso donde se sucedió el drama, otros lo haríamos con los graffitis de las paredes, signo de explosión de la psiquis.

Puede ser un caso psiquiátrico, puede que no. No lo sabemos todavía. Lo que si aparentemente sabemos es que había habido un aviso: un intento de envenenamiento por parte de la madre hacia sus hijos. De ser así, alguien no pudo o no quiso escuchar ese preanuncio. Lo que probaría que estos casos -como el de Jazmín de Gracia que había tenido un episodio idéntico un año atrás- sólo son una sorpresa para los que están ajenos al círculo en cuestión.

No faltarán los pedidos de pena de muerte para aquella mujer. ¿Cuándo aprenderán algunos que la retaliación redobla la apuesta de muerte? Reitero lo de siempre: ¿cuándo se terminará de incorporar el ejemplo de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo que habiendo perdido todo a manos de ejecutores en nombre del Estado solo piden justicia? La justicia no es venganza, la justicia cuando sucede, tiene un efecto que resuena al efecto primero de pacificación de la ley, de establecimiento de la base de un acuerdo mínimo de la vida en sociedad. Y aunque la vida en sociedad no es pacífica, es la vida que se construye multideterminadamente, bajo complejos factores socio-históricos. Así se explica que algunos se asombren de que este caso haya sucedido en un country, entre gente “bien”. Todos somos iguales cuando Dios duerme.

¿Cuándo pondremos de rodillas al darwinismo social, combustible del sentido común? ¿Lo hará Baby Etchecopar a punta de pistola con el aval de los medios? ¿Lo hará Dios, que aún como el padre muerto, funciona?
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